Junto al baile, el cante y la guitarra forman las tres vertientes del arte más destacados de nuestra tierra, el flamenco. Alma y técnica se ponen en práctica cada vez que empieza a sonar cualquiera de los palos que lo forman.
La guitarra flamenca posee características diferentes al resto necesitando para su toque una postura y técnica especial. Capaz de estremecer ella sola a todo un público que junto al cante hacen renacer en quien lo escucha. Un sentimiento único sólo creado por esta unión de pasión y coraje. Dos artes que reflejan los valores esenciales de la cultura popular española.