Queridos lectores, hoy me brillan los ojos.
Es un día de frío con una inmensa luz en la ciudad; la sierra está cubierta con su manto blanco y hace que Granada esté especialmente bonita. ¿Es un día como otro cualquiera? En teoría parece que sí.
Desde el amanecer mi día transcurre corre que te corre. Atendiendo a mi familia, arreglando la casa, poniéndome bella para ir a trabajar… pero ya antes de salir organizando el trabajo pendiente, por no decir llevando ya parte de los deberes hechos. Salgo de casa sin saber a qué hora volveré, hay mucho trabajo que hacer. Miro el reloj saliendo mientras me pongo los tacones «a patita coja» con mil papeles en los brazos y el dichoso bolso que siempre se cae. Las 08:00h, mi pensamiento: «no me da tiempo hoy… ¡ORGANIZACIÓN!» Mientras arranco el coche, voy estructurando el día; deseando parar en los semáforos para poner un poco de carmín en mis labios.